miércoles, 19 de junio de 2013

Nada

"Nada"
Nada es lo que pasa por mi cabeza mientras el respiro el humo de tabaco que cubre la estancia y el frío y áspero licor recorre mi garganta, nada es lo que pasa continuamente en mi vida, nada es lo que me hace continuar...Ni siquiera sabia por qué continuaba.
El cigarrillo se marchitaba entre sus dedos y el licor ya no sabía a nada. Una suave brisa entraba por la ventana pero apenas la percibía, hacía años que no sentía nada.
"Nada..."
Mañana se levantaría cerca de las tres de la tarde y desayunaría un taza de café solo, sin leche ni azúcar; tan solo acompañado con una trago de tequila. Más tarde se vestiría con lo primero que pillara tanto le daba si era una suave blusa de Versace o un top de cuero con un chaleco en el que estaba bordado el logo de algún grupo rock, y arrancaría un par de rosas. Un par de rosas delicadas, suaves, puras...y entonces te iría a buscar como cada día desde hace unos años, desde un 10 de diciembre del 2010.

Todavía recordaba aquel día como si apenas hubieran pasado unas horas y no cinco años...

"-Rere, coge los billetes y el pasaporte antes de salir- Gritó James desde la cocina mientras cogía un par de bocadillos para el camino hasta el aeropuerto
-¡Que sí!- Grité mientras rodaba los ojos, no era tan estúpida como para olvidarme los jodidos billetes y el puto pasaporte, y menos cuando se trataba de viajar a Italia. 
La casa era un caos, había maletas por todas partes, bolsas y cajas inundaban la habitación y los pocos muebles que quedaban se escondían baso un plástico traslucido.Respiré hondo y acomodé un par de cajas antes de girarme y coger el bolso a toda prisa, ya salíamos con el tiempo justo y pensaba llegar antes de que las tiendas cerraran.
El viaje fue largo, teníamos que recorrer cinco horas de autopista antes de poder llegar al aeropuerto, cinco horas de las cuales tres me pasé durmiendo, el viaje en coche se acababa y la emoción me recorría por completo mientras cantaba "Sweet Home Alabama" con la música de fondo.
-Rere, vete sacando los billetes que llegamos justos para facturar- Dijo James después de darme un suave beso.
Mis manos se aventuraron en el bolso y no encontraron más que pañuelos, tabaco, dos revistas, varios mecheros sin gas, y una cartera y un móvil.
"Mierda. No joder"
Seguí buscando a tientas, habíamos salido de noche y aún no había amanecido por lo que me ayude del móvil para revisar hasta el más mínimo pliegue del bolso, pero no encontré nada. Lo vacíe, lo volví a llenar, y lo volví a vaciar hasta que una de las manos de James me sujetó evitando que siguiera buscando.
Sus ojos no eran acusatorios, ni su mirada dura pero la decepción surcaba su rostro
-¿No están?- Negué suavemente con la cabeza y por primera vez pude ver cómo James perdía los estribos dando un fuerte golpe al volante- ¡Joder Raquel, solo tenías que hacer una cosa! ¡Una mísera cosa ostia! ¿Tan difícil era?- James ya no miraba a la carretera, toda su atención estaba fija en mí, en cómo su pareja había conseguido que perdiera el empleo de sus sueños, en cómo le había jodido la vida..."

Y de un momento a otro ya no había nada. Cuando abrió los ojos aún no había ambulancias, pero sí mucha gente, y sangre. Jamás olvidaría la sangre al igual que no olvidaría aquel cuerpo sobre el arcén rodeado de cristales "¿Quién será y qué le habrá pensado?" pensó en ese momento es que su cerebro todavía no había digerido la realidad...

James (1985-2010
Ahí acabó todo, toda esperanza, toda razón, toda luz posible. Ahora los días se reducen a licor barato, tabaco rancio y una visita al cementerio cada día. Ahora su vida se resumía fácilmente.

"Nada..."


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